CIUDAD DE MÉXICO.- Laura sale de su casa a las 5 de la mañana para enfrentar su primer reto: esperar un autobús bajo una lluvia intensa que ya ha inundado la calle. Alberto, en cambio, intenta no perder la paciencia atrapado en el tráfico debido a que la obra vial que está cerca de su casa comenzó más temprano. Mientras que Gabriela va con 20 minutos de retraso porque el Metro se detuvo entre estaciones, otra vez. Estas son solo algunas de las escenas que millones de empleados enfrentan cada día en su camino al trabajo.
En la Ciudad de México, el tiempo promedio de traslado del hogar al trabajo es de 43.4 minutos, de acuerdo con datos oficiales. El 67.9% de la población tarda menos de una hora en trasladarse, pero un preocupante 20.2% supera los 60 minutos diarios para llegar a su empleo. Esto sin contar a los habitantes que viven en la periferia y vienen a trabajar a la CDMX.
“Las personas no solo emplean mucho tiempo para trasladarse a sus empleos, sino que también sufren los efectos de este trayecto: estrés, dolores musculares y esqueléticos o irritabilidad, todo esto puede desencadenar que al llegar al lugar de trabajo, las personas no tengan el mejor humor, disposición, e incluso que tengan problemas de concentración”, afirma Yunue Cárdenas, Coordinadora del HUB de psicología de Affor Health, empresa especializada en gestionar y mejorar la salud psicosocial de las personas en las organizaciones.
Cada minuto que los trabajadores pasan atrapados en el tráfico o empujados en un vagón del Metro es tiempo que dejan de usar para su vida personal en actividades que podrían mejorar su salud como: hacer ejercicio, dormir lo necesario o simplemente desayunar con tranquilidad antes de salir a trabajar.
“Esta situación es un ‘foco rojo’ que las empresas no pueden ignorar. El estrés que generan los traslados impacta directamente en la productividad y los resultados de las organizaciones. Colaboradores agotados mental y físicamente no pueden rendir como acostumbran, lo que afecta no solo su salud, sino también el desempeño de la compañía”, detalla la especialista en salud mental laboral.
Pero, ¿qué pueden hacer las empresas?
Las compañías tienen la responsabilidad y la oportunidad de actuar para mitigar el impacto de estos largos traslados en la salud mental de sus empleados. De acuerdo con Affor Health estas son tres acciones que pueden implementar:
⦁ Trabajo remoto o híbrido: Si el trabajo puede realizarse desde casa, las empresas podrían considerar fomentar esta práctica. Reducir el número de días que un colaborador necesita trasladarse a la oficina no solo disminuye el estrés, sino que mejora su calidad de vida y productividad.
⦁ Flexibilidad en horarios: Ofrecer horarios flexibles es otra alternativa viable. Aquí depende mucho del tipo de industria o puesto del colaborador. Pero es ideal para evitar las llamadas “horas pico”.
⦁ Transporte corporativo: Para los empleados que deben trasladarse a la oficina, proporcionar transporte seguro y eficiente puede ser una alternativa que alivie algunas implicaciones en los traslados.
⦁ Salud mental: Las acciones anteriores pueden ser de gran apoyo para los colaboradores; sin embargo, lo más importante es que las empresas se comprometan con la salud mental de sus equipos y cuenten con Programas de Atención al Empleado (PAE).
“Las personas que enfrentan lluvias torrenciales, transporte público caótico y trayectos interminables necesitan apoyo, por lo que contar con programas de salud mental laboral que incluyan atención psicológica mejorará su salud y potenciará los resultados de la empresa”, concluye la Coordinadora del HUB de psicología de Affor Health.
AM.MX/fm
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