CIUDAD DE MÉXICO.- El organismo internacional que sirve de árbitro de marcas comerciales en Europa acaba de dar un manotazo a los piratas de Frida Kahlo y uno de ellos es Alejandro Martínez Araiza, mejor conocido como “El Principito”.
En el mundo de la propiedad industrial en México y ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), que dirige Santiago Nieto, “El Principito” es conocido como un Pirata de Marcas que registra a su nombre y para beneficio personal y con el consentimiento de su comité ejecutivo; son razones sociales o registros colectivos que no le pertenecen, como son SNAC, Casa Frida, Pandora, PlIIs, Natural Market, entre otras.
Por ejemplo, Alejandro Martínez Araiza, sin el consentimiento y autorización de los trabajadores del Sindicato Nacional de Alimentos y del Comercio (SNAC) registró como marca comercial el nombre de la agrupación sindical ante el IMPI en 2021 y 2022 en las clases 45 y 41 para ostentar la propiedad de la marca bajo los folios 190361 y 190365. Todos los registros a título personal para su usufructo, pese a que un sindicato es una marca colectiva, y sin que su comité ejecutivo haya opuesto resistencia, lo cual huele a complicidad.
Alejandro Martínez Araiza, dirigente del SNAC, actúa como si el sindicato fuera patrimonio personal: también registró ante el IMPI avisos comerciales que utiliza ese Sindicato como “slogans” como la que dice “Transformando Vidas para el Bien Común” (7 de junio 2022), con los registros 125921 y 125922.
Además, la plataforma PLIIS, con el registro 2102866, que según sus dichos es una herramienta para que los trabajadores de su sindicato “accedan a la información y a los beneficios”, mismos que se les otorgan mediante un módico pago mensual de 90 pesos a cada uno de los 17 mil trabajadores afiliados. Los registros mencionados deberían ser propiedad del sindicato, pero en realidad son parte de su promoción personal que él utilliza como propaganda frente a sus agremiados. Todo es de él, nada del sindicato o de los trabajadores. Su comité ejecutivo agacha la cabeza y solapa todas sus abusos.
Además, usurpar siglas como SNAC y PLIIS podría constituirse en un delito pues son usadas para cobrar cuotas y servicios que son del gremio, pero si se empiezan a utilizar como patrimonio personal, el asunto llamaría la atención del Servicio de Administración Tributaria (SAT) ya que se estaría lucrando con bienes de los trabajadores, a espaldas de ellos.
Pero eso no es todo, en el año 2022 y 2022 a Alejandro Martínez Araiza le dio la fiebre por el registro de marcas y razones comerciales, pues solicitó varias más. La reincidencia por la piratería de marcas llevó a El Principito a quererse adueñar del registro de Casa Frida, bajo la solicitud número 2755643 en la clase internacional número 35, en el Instituto de la Propiedad Industrial.
Los abogados de la familia Frida Kahlo argumentaron ante la oficina de Santiago Nieto que el uso de Casa Frida por parte de Alejandro Martínez rArazia epresenta un intento de apropiación comercial del nombre de la pintora mexicana más reconocida en el mundo.
Los representantes legales argumentaban que el registro que solicitó Alejandro Martínez Araiza debe ser NEGADO, “en virtud de que la marca propuesta se conforma de una denominación SEMEJANTE EN GRADO DE CONFUSIÓN” con marcas previamente registradas por la Frida Kahlo Corporation, las cuales abarcan desde productos temáticos y promoción de ventas, hasta plataformas tecnológicas, software, redes sociales y servicios de marketing.
Apenas el 27 de julio pasado, la Oficina de Propiedad Industrial de la Unión Europea, determinó que todas las categorías de marcas relacionadas con Frida Kahlo pertenecen en México y en el mundo, a la familia de la artista mexicana, con lo cual está descalificando los derechos que piden el empresario venezolano Carlos Dorado Fernández, el propio líder sindical Alejandro Martínez Araiza y otros presuntos delincuentes de la propiedad industrial, por robar marcas que son patrimonio cultural y comercial de una artista mexicana.
La piratería de marcas y de la propiedad industrial en México (artículo 270 del Código Penal) es un delito que se sigue de oficio y los delitos graves pueden conllevar penas de prisión de hasta cinco años y multas millonarias en proporción al daño de los bienes protegidos por las marcas.
AM.MX/fm