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miércoles, agosto 13, 2025

Día Nacional del Cine Mexicano / Mis 15 mejores películas del Cine Mexicano

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Por Lizbeth Woolf

CIUDAD DE MÉXICO.- Con motivo del Día Nacional del Cine Mexicano, que se conmemora cada 15 de agosto, te presentó una breve reseña de mis mejores 15 películas de la cinematografía.

Cabe recordar que el Día Nacional del Cine Mexicano, coincide con la primera proyección pública de películas en México, realizada en el Castillo de Chapultepec el 15 de agosto de 1896. Esta proyección marcó el inicio de la historia del cine en México, que ha evolucionado hasta la actualidad, con una gran variedad de géneros y estilos.

1. Los olvidados (1950):

Dirigida por Luis Buñuel, esta película explora la dura realidad de la pobreza y la delincuencia juvenil en los barrios marginales de la Ciudad de México.

Los olvidados es una película de crimen adolescente mexicana de 1950, dirigida y escrita por Luis Buñuel. Por su trabajo en el filme, este último obtuvo el premio al mejor director en el Festival de Cannes.

En 2003, fue nombrada Memoria del Mundo por la Unesco. Los olvidados cuenta una historia trágica y realista sobre la vida marginal de la Ciudad de México.

Los olvidados, junto a Metrópolis de Fritz Lang, toda la cinematografía de los hermanos Lumière y El Mago de Oz, de Victor Fleming, son las únicas piezas del séptimo arte que han recibido la consideración de Memoria del Mundo.

Este filme ocupa el puesto N.º 2 en la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, según la opinión de 25 críticos y especialistas del cine en México, publicada por la revista Somos en julio de 1994.

La periodista Verónica Calderón, en un artículo publicado el 14 de agosto de 2010 en el diario español El País, publicó declaraciones de Morelia Guerrero, hija del periodista y escritor mexicano Jesús R. Guerrero (Numarán, Michoacán, 1911–1979), en las que Morelia señala que el guion y la película están basados en una novela escrita por su padre, titulada Los olvidados, publicada en 1944, con prólogo del escritor mexicano José Revueltas.

El Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México publicó, en diciembre de 2009, una segunda edición de la novela de Jesús R. Guerrero. No obstante, se han hecho estudios comparativos entre la película y la novela, y no se ha encontrado rastro de ningún plagio por parte de Buñuel.

2. Macario (1960):

Una obra maestra de Roberto Gavaldón, que fusiona drama, fantasía y elementos sobrenaturales en una historia sobre un hombre que hace un pacto con la muerte.

Macario es una película de drama psicológico sobrenatural mexicana de 1960, dirigida por Roberto Gavaldón, a partir de un guion que escribió con Emilio Carballido. Está protagonizada por Ignacio López Tarso y Pina Pellicer.

Cimentándose en la novela del mismo nombre, la trama gira en torno a la vida de un campesino pobre que pierde el interés por la vida debido a su precaria situación, hasta que un ente sobrehumano le ayuda a mejorarla, con resultados secundarios.

El proyecto tuvo su estreno mundial en mayo de 1960, durante la competencia principal de la 13.ª edición del Festival de Cine de Cannes. Aclamada por la crítica, se convirtió en la primera película mexicana en ser nominada a un Premio Óscar, en la categoría a Mejor Película en Lengua Extranjera.

Gracias a su calidad en actuaciones, historia y trascendencia internacional, consiguió el estatus de culto entre la sociedad mexicana, además de convertirse en un título tradicional de verse en torno a las celebraciones del Día de Muertos, llevadas a cabo anualmente los días 1 y 2 de noviembre.

La historia fue adaptada en conjunto por el director Roberto Gavaldón y el escritor Emilio Carballido, ambos basándose en Macario, una obra del novelista B. Traven, quién a su vez derivo su escrito del cuento La muerte madrina de los Hermanos Grimm. Fue ambientada durante el Virreinato de Nueva España, a vísperas del Día de Muertos.

El proyecto fue uno de los primeros trabajos en cine de la actriz Pina Pellicer, que a la par se hallaba filmando la cinta One-Eyed Jacks en Estados Unidos.

3. El ángel exterminador (1962):

Otra película de Luis Buñuel, esta vez un filme surrealista que plantea preguntas sobre la naturaleza humana y la sociedad a través de un grupo de personas atrapadas en una cena.

El ángel exterminador es una película surrealista de drama psicológico mexicana de 1962, escrita y dirigida por Luis Buñuel. Está protagonizada por Silvia Pinal. La historia sigue a un grupo de invitados adinerados que asisten a la mansión de un socialite para disfrutar de una lujosa cena y un poco de compañía amistosa, antes de que el caos psicológico y dramático se hagan presentes cuando no les es posible abandonar el lugar. Fuertemente satírica y alegórica, la cinta contiene una visión de la aristocracia que sugiere que «albergan instintos salvajes y secretos inconfesables».

Es considerada una de las 1000 mejores películas por The New York Times, y fue adaptada a una ópera en 2016.

Aunque Buñuel nunca explicó cómo interpretar la película, dejando que cada espectador lo decidiera, el crítico de cine estadounidense Roger Ebert escribió una larga interpretación de la cinta como símbolo del conflicto de clases: «Los invitados a la cena representan a la clase dominante en la España de Franco.

Después de haber preparado una mesa de banquete derrotando a los trabajadores en la Guerra Civil Española, se sientan a disfrutar de un festín que nunca termina. Están atrapados en su propio callejón sin salida burgués. Cada vez más resentidos por estar aislados del mundo exterior, se vuelven mezquinos e inquietos; sus peores tendencias se revelan».

El académico Robert Stam, comentó en su libro Reflexivity in Film and Literature: From Don Quixote to Jean-Luc Godard que la película «está estructurada sobre la fórmula cómica de un lento descenso de la normalidad a la anarquía… El ‘Ángel’ ejecuta una misión de justicia social, una apocalíptica derrota hacia los nobles y los poderosos».

4. Ahí está el detalle (1940)

Ahí está el detalle es una película de comedia de enredos mexicana de 1940 escrita y dirigida por Juan Bustillo Oro, y protagonizada por Mario Moreno «Cantinflas», Joaquín Pardavé, Sara García, Sofía Álvarez y Dolores Camarillo.

Esta fue la duodécima película en la carrera de Cantinflas, considerada una de sus mejores por la crítica cinematográfica mexicana, así como una de las mejores películas de la Época de oro del cine mexicano.

La película se completó en solo tres semanas, con los únicos problemas siendo derivados de la improvisación de Cantinflas sobre lo que él consideraba un guion mal escrito.

Cantinflas cambió el sentido del humor convencional del director Juan Bustillo Oro al presentarse tanto lingüísticamente como en su apariencia como un hombre de la gente común, en lugar de usar español de alta sociedad.

La última escena de la película se basa en hechos reales relacionados con el juicio del criminal mexicano Álvaro Chapa en 1925, que inspiró la forma de hablar de Cantinflas en esta película, también conocida como «cantinfleada».

La película ocupa el lugar número 10 en la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, publicada por la revista Somos, en julio de 1994

5. Viento negro (1965):

Una película de Servando González, que narra la historia de un grupo de trabajadores petroleros en un ambiente hostil y peligroso.

Viento negro es una película de drama mexicana de 1964 escrita y dirigida por Servando González, y protagonizada por David Reynoso, Jose Elías Moreno, Eleazar García «Chelelo» y Enrique Lizalde. Es una adaptación de la novela “El muro y la trocha” de Mario Martini.

Este filme ocupa el lugar 88 dentro de la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, según la opinión de 25 críticos y especialistas del cine en México, publicada por la revista Somos en julio de 1994.

Viento Negro muestra el panorama que vivía México en los años 30. La cinta está protagonizada por David Reynoso, quien interpreta a un especialista en construcción de vías de ferrocarril bajo el nombre de Manuel Iglesias.

Una de las tragedias más recordadas en la historia de Sonora fue llevada a la pantalla grande en 1965, cuando se estrenó Viento Negro, una película que retrató la muerte de cuatro hombres en el desierto de Altar en 1937.

Durante la presidencia de Lázaro Cárdenas y con la intención de conectar y modernizar a México, Viento Negro cuenta la historia de cuatro hombres que fueron encargados de rectificar las vías del primer ferrocarril en Baja California, mismo que conectaría con todo el país.

Viento Negro retrata todo un panorama de la situación que vivía México en los años 30. La cinta está protagonizada por David Reynoso, quien interpreta a un especialista en construcción de vías de ferrocarril bajo el nombre de Manuel Iglesias. Eso sí, a diferencia de la historia original, la película muestra a cinco trabajadores.

6. Distinto Amanecer (1943)

Distinto amanecer destaca entre las primeras obras maestras de Julio Bracho por exhibir su magnífica capacidad de presentar una historia vigente, crítica de la realidad nacional y de su corrupta clase política, y que en el plano técnico se atreve a salir a la calle para mostrar en todo su esplendor una metrópoli vibrante, con personajes reales desenvolviéndose plenamente en ambientes urbanos de un país cuya modernidad avanza sin freno, pero que a la vera de su andar genera crueles realidades sociales y escenarios sórdidos plagados de miseria moral y económica.

En 1944 la Asociación Nacional de Periodistas Cinematográficos Independientes destacó su invaluable aporte a la cinematografía nacional al otorgarle premios en las categorías de director, fotografía, diálogos, música de fondo, sonido y edición.

Obra imprescindible al citar los títulos claves de la llamada Época de Oro del Cine Mexicano, el filme se exhibirá en el sitio de la Filmoteca de la UNAM como parte de las actividades para celebrar los 60 años de su creación y conmemorar el 50 aniversario luctuoso del Presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940), cuyo invaluable trabajo sentó las bases para consolidar las instituciones nacionales y presentarle al mundo una nación firme y en pleno desarrollo modernizador.

A principios de los años cuarenta, en plena Ciudad de México, es asesinado el líder sindical Armando Ruelas. Uno de sus allegados, Octavio, apenas sobrevive al atentado. Consciente de que su vida también corre peligro, recurre a una excompañera de carrera, Julieta, ya casada con el escritor Ignacio Elizalde. Octavio necesita encontrar unos documentos que descubrirán al asesino de Ruelas, el cruel y turbio Gobernador Vidal.

Asediado por los secuaces del gobernador, se plantea la peligrosa tarea de recuperar los papeles en la oficina del Correo y hacer la denuncia sobre el proceder corrupto de Vidal, que ha vendido la huelga del sindicato en beneficio de una empresa extranjera. Elizalde se ofrece a recuperar las pruebas de este hecho que cimbraría las altas esferas de gobierno.

Entretanto, Julieta se compromete cada vez más al encubrir y esconder a Octavio. Ambos analizan el pasado y presente de su relación. Él queda conmovido por la difícil situación económica de la pareja, que además se hace cargo del menor Juanito, hermano de ella. Sobre todo, le sorprende y preocupa que Julieta esté trabajando como parte de la variedad del cabaret Tabú y que Elizalde esté en una relación extramarital. Ante la imposibilidad de sus pistoleros para realizar la tarea encomendada, el mismo Vidal se presenta en el cabaret para cerciorarse de recuperar las pruebas. Julieta, Ignacio y Octavio enfrentan en las últimas horas de la madrugada el grave peso y las sombrías consecuencias de las vidas que han elegido.

7. Cada quién su vida (1960)

Rosa la Tacón Dorado (Ana Luisa Peluffo) se prepara para
festejar el último día del año en el cabaret El Paraíso
mientras en su cama agoniza el alcohólico pianista Mundo.
La adaptación fílmica de la obra de Luis G. Basurto contó con
buena parte del elenco teatral que la hizo un éxito.

En el cabaret El Paraíso, a cargo del español don Pepe, el pianista Mundo, ya muy tomado, toca el piano. El lugar está vacío y sólo lo escucha La Tacón Dorado, quien se lo lleva a su cuarto. Se celebra el Año Nuevo. Llega La Siempreviva, vieja cabaretera con delirios de grandeza, llega al cabaret y don Pepe le advierte que no quiere problemas con ella. Una diputado, que acompaña al gordo Juan, causa un escándalo al meterse con La Siempreviva, quien se aparta en un rincón para hacerle compañía a Raquel, La Penas, quien parece estar muy triste, y a quien La Siempreviva le cuenta su historia.

La Jarocha cuenta a La Pepsi-Cola sus problemas con su padrote El Ojitos. Éste platica con el Bridge, quien parece estar enamorado de Raquel. El diputado y Juan el gordo invitan a La Pepsi-Cola y a La Jarocha a tomar una copa. La Jarocha se niega pero El Ojitos la obliga.

Llega El Profesor, un hombre muy tímido, que asiste año con año al cabaret la noche de Año Nuevo, para celebrarla con Dorita. La Tacón Dorado viene de asistir a la muerte del pianista Mundo; calla a la orquesta y llora sobre el piano. En honor al pianista, La Siempreviva hace rezar a todas ante el silencio de los demás y va con La Jarocha a la funeraria.

La Tacón Dorado baila con el diputado. El Ojitos se burla del rico y amargado joven Bobby. El Bridge dice a La Penas que no cree en Dios sino en el amor, y ella piensa que tal vez él sea bueno”. Ambos se declaran su amor.

Dorita lleva al profesor a un cuarto y llora con él al recordar a su padrote, y él llora a su vez por la triste vida que lleva con su esposa y sus nueve hijos, y por la timidez que lo aflige. Dorita hace que el profesor le quite las medias y le bese los pies, pero él se siente impotente.

La Tacón Dorado insulta al Ojitos cuando éste da celos a La Jarocha con una tal Lilia. La Jarocha pelea con su rival y acaba por desnudarla. El pleito se generaliza pero es interrumpido por una loca, vestida de negro, que dice un discurso amenazador y religioso. Un homosexual interrumpe el discurso de la loca. Todos celebran la llegada del Año Nuevo.

La Jarocha se reconcilia con El Ojitos y La Tacón Dorado abraza a Lilia. La Siempreviva cuenta a La Penas una historia de su vida diferente a la que le contó al principio de la noche y le dice que El Bridge ha ido a arreglar un asunto.

El diputado impide que la policía detenga al muy borracho profesor, quien dice un discurso de política.

El diputado sale del cabaret con Juan a las cinco de la mañana, diciéndole que ahora entiende a todas esas mujeres.. La Tacón Dorado atiende al golpeado Bobby, que le cuenta sus traumas y problemas familiares. Él sale desesperado a la calle y un camión lo atropella. La Penas baila con Bridge al son de un organillo.

Después, ella pretende suicidarse porque tiene un tumor en la cabeza. Bridge la besa y se la lleva. La Siempreviva les regala una valiosa joya. Concha, la esposa del profesor, llega en busca de su marido y platica ingenuamente con La Siempreviva. La Tacón Dorado confiesa a ésta que esté esperando un hijo y no sabe de quien. La Siempreviva llora arrepentida porque según dice, mató a su hijo. Convence a La Tacón de que tenga al suyo y la manda a misa. Después de “cobrarse” en la caja, La Siempreviva se va y encarga el cabaret a un ciego de barba blanca.

Luis G. Basurto, autor de la obra de teatro, Cada quien su vida, dijo para la revista Zócalo sobre la versión cinematográfica que Julio Bracho hizo de su obra: “La cinta me parece maravillosa. Es la primera vez que una obra de teatro se respeta integramente al llevarse al cine. Mi obra ha sido trasplantada como debe ser, solamente dándole los ángulos cinematográficos muy inteligentemente, con la calidad de Julio Bracho, porque me han párecido excelentes esas escenas de la azotea y los desplazamientos de cámara por las calles de la ciudad”.

8. Nazarin (1959)

Nazarín es una película dramática mexicana de 1959 dirigida por Luis Buñuel y protagonizada por Francisco Rabal, Marga López y Rita Macedo en los papeles principales.

Basada en la novela homónima de Benito Pérez Galdós, la película trata acerca de un sacerdote humilde que desea hacer el bien, practicar la caridad y vivir el evangelio seguido por dos prostitutas.

Nazario es un clérigo que lleva una vida apegada al evangelio, por lo que siempre se muestra amable y humilde con toda la gente, incluso con aquella que lo insulta o roba.

Es por esta razón, que no duda en ayudar a Andara, una prostituta perseguida por la policía, y a Beatriz, mujer obsesionada con el hombre que la maltrata. Sin embargo, cuando ambas incendian el mesón donde él se hospeda, las autoridades lo ven como cómplice del crimen, por lo cual huye de la ciudad.

Así, el protagonista inicia un peregrinaje por pequeños pueblos que necesiten socorro, pero pronto se da cuenta de que su buena fe siempre trae consecuencias trágicas.

La película fue ganadora del Premio Internacional del Festival Internacional de Cine de Cannes de 1959.

Ganó el premio internacional en el Festival Internacional de Cine de Cannes de 1959 y fue seleccionada como la entrada mexicana a la Mejor película en lengua extranjera en los 32.ª ceremonia de los Premios Óscar, pero no fue seleccionada como nominada.

La película ocupa el sexto lugar dentro de la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, según la opinión de veinticinco críticos y especialistas del cine en México, publicada por la revista Somos en julio de 1994. Andréi Tarkovski la nombró una de sus diez películas favoritas. En abril de 2019, se seleccionó una versión restaurada de la película para mostrarse en la sección Clásicos de Cannes en el Festival Internacional de Cine de Cannes de 2019.

9. Ensayo de un crimen (1955)

Ensayo de un crimen o La vida criminal de Archibaldo de la Cruz, es una película de comedia negra y drama psicológico mexicana de 1955, escrita y dirigida por Luis Buñuel, y protagonizada por Miroslava Stern, Ernesto Alonso, Rita Macedo, Ariadna Welter, Andrea Palma y Leonor Llausás. Esta película cuenta con el debut cinematográfico de la actriz Ariadne Welter, y fue la última filmada por Miroslava, quien había fallecido dos meses antes de su estreno.

Esta película está basada en una novela del mismo nombre escrita por Rodolfo Usigli; cuenta la historia de un aspirante a asesino serial cuyas víctimas femeninas mueren antes de que él tenga la oportunidad de asesinarlas.

Ensayo de un crimen es una novela del dramaturgo, narrador y ensayista Rodolfo Usigli (1905-1979). Cuenta la historia de Roberto de la Cruz, hombre soltero entregado al juego que goza de una acomodada posición económica y que vive gobernado por preocupaciones estéticas, las cuales lo espolean para satisfacer el deseo de cometer el asesinato perfecto.

La ciudad de México de los años cuarenta le brinda un escenario para fraguar su crimen. Considerada como el germen de la novela negra en el país, Ensayo de un crimen marca el inicio de una visión del México posrevolucionario. El libro se aleja de los temas que hasta entonces prevalecían en la narrativa nacional y muestra la descomposición de algunos sectores de la burguesía de la capital.

La novela, tras una inicial crítica adversa, ha sido considerada como una de las más importantes del siglo xx. Se publicó por primera vez bajo el sello de la editorial América en 1944, mismo año en que se editó la obra teatral cumbre de Usigli, El gesticulador.

10. Los Caifanes (1967)

Esta película introdujo a cuatro desconocidos que serían célebres en el arte del mismo país: el músico de trova, compositor y actor Óscar Chávez (el Estilos), los actores Sergio Jiménez (el capitán Gato), Eduardo López Rojas (el Mazacote) y Ernesto Gómez Cruz (el Azteca).[cita requerida]

Los concursos de cine experimental de 1965 y 1967, organizados por la sección de Técnicos y Manuales del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC), abrieron la puerta a jóvenes provenientes del teatro, la literatura y las artes plásticas interesados en expresarse a través de un medio que se había convertido en el favorito de las nuevas generaciones de artistas.

La creación de compañías productoras como Cinematográfica Marte y Cinematográfica Marco Polo también contribuyó a brindar oportunidades a nuevos directores, gracias al “truco” de hacerlos filmar cortometrajes con apoyo del STIC —el otro sindicato cinematográfico— para luego unirlos en un largometraje.[cita requerida]

Los caifanes fue una película en la que convergieron varios de estos elementos renovadores. Filmada en cinco episodios, sin que en ningún momento se pierda la continuidad narrativa, la cinta fue dirigida por Juan Ibáñez, joven director teatral que había debutado en el cine con Un alma pura (1965), uno de los cinco cuentos que integraron el largometraje Amor, amor, amor (1965), ganador del tercer premio en el primero de los concursos de cine experimental.[cita requerida]

La cinta se convirtió en la más popular de las cintas “de aliento», como se les llamaba en aquellos años al cine que quería romper con los convencionalismos de la industria. Gracias a las estupendas actuaciones de los cuatro «caifanes» y a la ligereza con la que los actores sortearon una trama y unos diálogos que en algunos momentos amenazaban con volverse pretenciosos, la película logró satisfacer por igual al público de la clase media que a la intelectualidad mexicana de su época.[cita requerida]

El argumento de Carlos Fuentes —titulado originalmente Fuera del mundo— es uno de los textos cinematográficos más bellos que se hayan escrito en México. Con referencias directas a la literatura de Santa Teresa de Jesús, a Octavio Paz y a un sinfín de autores, en combinación con un verdadero mosaico de giros populares del lenguaje, la prosa de Fuentes se fusionó con las estupendas imágenes diseñadas por Ibáñez en una amalgama rica en texturas visuales y sonoras.[cita requerida]

Un colorido grupo de actores de apoyo —que incluye la inolvidable presencia de Tamara Garina como la prostituta fantasma del Edificio de Correos y al escritor Carlos Monsiváis como un trasnochado santaclós— al lado de Enrique Álvarez Félix, bien caracterizado, y Julissa, más audaz de lo acostumbrado completan esta cinta.

Este filme ocupa el lugar número 58 dentro de la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, según la opinión de 25 críticos y especialistas del cine en México, publicada por la revista Somos en julio de 1994.

La palabra caifán es un mexicanismo, no muy usado en la época actual y casi restringido a la Ciudad de México, por lo que su definición se vuelve huidiza. Según Carlos Monsiváis, quien también aparece en esta película, proviene de los mexicanos avecindados en California, conocidos como pachucos, que mezclan las palabras en español e inglés «cae fine», que cae bien, «caifan».

En términos generales, un caifán es un sujeto al borde de la ley que ha conseguido el respeto y el liderazgo de su barrio.

Un símil del caifán mexicano podría ser el llamado guapo en el lunfardo de Buenos Aires, que dejó de existir en los años cuarenta.

En el filme, se da una definición acorde al estilo general del guion:

El capitán Gato se refiere a sus compañeros como caifanes. Paloma pregunta a su novio en voz baja qué es eso. —(es un) Pachuco dice Jaime. Gato, que ha interceptado la conversación, lo corrige: —No, eso es papá grande. Y El Azteca agrega: Caifán es el que las puede todas…

Es interesante cómo en este breve diálogo se ponen de manifiesto las diferencias en los referentes culturales de los implicados, el rico y el pobre. Mientras que para Jaime el caifán es un pachuco, tomando esta palabra en su acepción de pandillero, para el Azteca el pachuco es papá grande, es decir, un padrote que solo puede con las mujeres que por diversos motivos y medios tiene bajo su dominio. En contraparte, un caifán, como él, puede con cualquiera, ¿incluso con Paloma?

11. El lugar sin límites (1978):

Dirigida por Arturo Ripstein, esta película explora temas de discriminación y prejuicio en un pequeño pueblo.

El lugar sin límites es una película mexicana de 1978, dirigida por Arturo Ripstein y basada en la novela homónima del chileno José Donoso.

Esta película fue una de las primeras representaciones del cine LGBTTTQ+ en México, teniendo como personaje principal a “La Manuela”, un hombre homosexual travesti; y a “Pancho”, un joven camionero que representa lo que en México, de forma estereotípica, se conoce como “macho”.

Durante la trama se puede observar cómo existe una fuerte atracción del parte de Pancho hacia La Manuela, pero por ideologías del momento la relación termina en violencia y maltrato. En el reparto se encuentran figuras importantes de la televisión y el cine mexicano como Carmen Salinas, Ana Martín y Fernando Soler.

Al ser uno de los primeros filmes en México en representar una figura LGBTTTQ+ de manera abierta, se han publicado diversos artículos que abordan específicamente a “La Manuela”, uno de los personajes centrales de este proyecto. Entre los temas que se exploran está el estereotipo de ser una persona homosexual en esa época. En México, “El baile de los 41” fue un evento de gran relevancia en la historia del país, ya que culminó con la detención de todos los asistentes a esa reunión, lo que planteó a la sociedad una problemática moral y política en torno a la expresión de la sexualidad.

Ser homosexual en aquel tiempo era muy difícil, ya que no era bien aceptado; muchas veces, las personas de la comunidad se manifestaban de forma discreta a través de su manera de vestir, sus gestos, su tono de voz o incluso el tiempo que pasaban con otros de su mismo género, pero siempre de manera casi clandestina para evitar ser descubiertos por la sociedad. (esto anterior esa más común entre los hombres que en las mujeres). La necesidad de ocultar su identidad y la constante vigilancia de la sociedad creaban un entorno de miedo y represión, donde la búsqueda de una vida auténtica no era posible.

En la película, conocemos a Manuela, la “loca perdida” del pueblo de “El Olivo”. Este personaje es interpretado por un hombre travestido que revela su sexualidad y dignidad en un ambiente machista y hostil, siendo el prostíbulo que comparte con La Japonesita el único lugar donde puede mostrarse auténtico. La Manuela es encantadora en su forma de hablar, caminar y, especialmente, al bailar, lo que deja claro a los espectadores que no siente incomodidad al expresar su sexualidad, presentándose incluso como una mujer cisgénero.

También se examina la relación entre Manuela y La Japonesita, que plantea dudas sobre si realmente se aceptan mutuamente. A lo largo del filme, se muestra su apoyo, pero también los insultos que Manuela recibe de su hija. Algunos sugieren que esto podría deberse a su interés por el mismo hombre o a la percepción negativa de la homosexualidad en la sociedad de aquel tiempo.

Por otra parte, también se cuestiona cuál es la verdadera identidad sexo-genérica de manuela y Pancho gracias a que en dicho corte ambos pasan por diversos cambios de roles, tanto pasivos en un principio por Manuela, hasta llegar en escenas finales donde toma un papel erótico femenino más dominante donde por unos segundos Pancho deja de ser un “macho” y sigue al jugueteo teniendo un coqueteo más intenso de ambas partes.

Una de las escenas clave en la trama de la película ocurre cuando “La Japonesa” intenta “convertir en hombre” a La Manuela para ganar su apuesta con Don Alejo. Visualmente, esta escena se presenta de forma algo alegre y atractiva: La Japonesa aparece bella, con maquillaje y peinado impecable, en un ambiente que podría interpretarse como una relación sexual convencional entre una pareja heterosexual. Al principio, La Manuela se muestra tímido e indeciso, pero al finalizar la escena, La Japonesa le agradece diciendo “ganamos la apuesta”, dando a entender que consumaron el acto. La Manuela, en respuesta, actúa cariñosamente y parece tener intenciones de profundizar en su relación. Sin embargo, La Japonesa lo interrumpe, aclarando que no pueden involucrarse, ya que, según ella, “todos los hombres son unos brutos”. Finalmente, propone que sean socias en el prostíbulo, cada una con su propio cuarto.

En la novela de José Donoso, la escena es bastante distinta. El personaje de La Manuela recuerda esa noche con asco y miedo, describiendo a La Japonesa como corpulenta, de mayor edad, maloliente, sudorosa y con el rímel corrido, lo que le da un tono oscuro y casi grotesco a la escena. Esta diferencia en la representación es fundamental y marca el enfoque de Ripstein en la adaptación cinematográfica.

Mientras la novela de Donoso se sitúa en un ambiente melancólico y gris, con un tono “otoñal, triste, resfriado” (como menciona Sabine Schlickers de la Universität Bremen en su análisis de *El lugar sin límites*), Ripstein le da un giro completamente diferente, transformando la escena y sus implicaciones en la trama.

12. Canoa (1976):

Una película de Felipe Cazals que relata un trágico evento real sobre un linchamiento en un pueblo mexicano.

Canoa: memoria de un hecho vergonzoso es una película mexicana dramática, realizada en 1976 y dirigida por Felipe Cazals. Está basada en una tragedia ocurrida el 14 de septiembre de 1968 en el poblado de San Miguel Canoa en el estado de Puebla.

La película “Canoa: memoria de un hecho vergonzoso” es considerada como una de las obras más emblemáticas del cine nacional mexicano, así como de la filmografía del director Felipe Cazals y por la que obtuvo un Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín de 1976. A través de los documentos del AGN te contamos los vaivenes que precedieron al estreno de esta emblemática película que evidencia el poder que una institución puede ejercer sobre la gente.

En 1974, el cineasta Felipe Cazals, junto al guionista y periodista Tomás Pérez Turrent, se lanzó a rescatar y reconstruir el sangriento acontecimiento que había tenido lugar el 14 de septiembre de 1968 en el poblado de San Miguel Canoa, Puebla: varios trabajadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) fueron linchados tras ser acusados de ser comunistas por las autoridades del poblado. El saldo de la agresión fue la muerte de dos de los cinco integrantes de la BUAP y dos pobladores que habían dado posada a las víctimas.

A través de las entrevistas y relatos de los sobrevivientes y pobladores de Canoa, así como de las investigaciones hemerográficas, Tomás Pérez pudo crear la base del guion cinematográfico. Este buscó ser una representación fiel de los hechos, aunque Cazals llegó a señalar que, al realizar la filmación, decidió retirar “muchísimas situaciones en el montaje porque si no el espectador no hubiera resistido la película. Si hubiera dejado todas las barbaridades que les hicieron, y que luego negaron, el público no hubiera resistido”.

A pesar de los cambios que llegó a realizar el director, la película logró recuperar gran parte de lo que había acontecido aquella noche.

Una vez estructurado el guion, Canoa tuvo que pasar por el escrutinio de la Secretaría de Gobernación con el fin de obtener el visto bueno de su contenido y narrativa si quería obtener el crédito del Banco Nacional Cinematográfico. Recordemos que a lo largo del régimen autoritario que operaba en la época, diversos productos escritos y audiovisuales eran estrechamente vigilados como parte del aparato de control político y la censura.

Esta vigilancia se estrechó en aquella época en que la sociedad recobró un margen de independencia frente al control gubernamental, se organizó y promovió cambios políticos desde los niveles más elementales de la geografía nacional hasta desafíos de mayor alcance.

El dictamen presentado en febrero de 1975 por la Dirección General de Cinematografía concluyó que el relato sobresalía por su “manejo del tiempo que recuerda o aprovecha los mejores recursos de las novelas de John Dos Passos o el Salvatore Giuliano de Rossi”.[2] Además fue considerado como uno de los mejores guiones presentados por Pérez Turrent, con un ritmo narrativo que recuerda “el suspenso de Hitchcock”.[3]

El juicio sobre el guion enfatizaba con letras mayúsculas algunas ideas que aparecían en la película, tales como “PUEBLA, LAS VÍCTIMAS” y “CRISTIANISMO SÍ, COMUNISMO NO”, con lo cual llamaban la atención sobre las ideas políticas que pudieran preocupar a las autoridades. Una parte del análisis del guion se centró en la percepción o mensaje que el filme tocaba sobre el movimiento estudiantil-popular de 1968. Sin embargo, esta atención especial por parte de la instancia examinadora no significó la introducción de grandes cambios en el producto cinematográfico.

La historia recuperada por Tomás Pérez y Felipe Cazals señalaba como principales responsables de alentar el linchamiento a las autoridades eclesiásticas del poblado. No obstante, también es cierto que se aludía al Estado mexicano y su discurso criminalizador de los comunistas, acusados de infiltrarse en los centros de estudio para alentar la revolución.

Al comienzo de la película podemos apreciar el miedo y el odio promovidos desde el aparato institucional hacia los estudiantes, pues en una de las calles del Zócalo de Puebla, símbolo de la sede del poder político estatal, se aprecia una columna militar marchando, la cual desvía al cortejo fúnebre que exigía justicia por lo que se impide su llegada al corazón de la ciudad. Esto recuerda al eslogan de la película: “Ser o parecer estudiante en 1968 era más peligroso que ser asesino o ladrón”.

La única objeción recibida fue contra una pancarta que señalaba a la “cadena García Valseca”, empresa periodística creada desde 1941 por el ex general José García Valseca, la cual estuvo estrechamente vinculada con el régimen autoritario y promovió una red de periódicos afines a lo largo del país bajo el nombre genérico El Sol, al que se agregaba el estado correspondiente.[5] En la película se retrata que dicho grupo fue el responsable de la tergiversación de los hechos de Canoa a través de su órgano periodístico El Sol de Puebla.

Por esta razón, así como por el involucramiento del gobierno de Luis Echeverría Álvarez por la compra de dicha cadena en 1972, se solicitó su eliminación en la película. Finalmente, la Dirección General de Cinematografía determinó que el argumento de la película era “una excelente muestra de cine político, y a la vez antidemagógico [sic] y vital”, y recomendaba “ampliamente su filmación” con la petición de procurar limitar el lenguaje ofensivo.

Una vez que se contó con la autorización, se procedió a solicitar su financiamiento con el Banco Nacional Cinematográfico. El interés de la institución por promover el cine de autor permitió una rápida aprobación del proyecto presentado en abril de 1975. La bancaria cinematográfica se mostró ampliamente interesada en proporcionar los recursos al señalar que se trataba de una “película de fuerte contenido político, realizada técnicamente en forma adecuada (…) considerada más como un documento importante que un filme con objetivos comerciales”, por lo que les concedieron una línea de crédito de aproximadamente cuatro millones de pesos.

Con el crédito aprobado, el rodaje transcurrió velozmente en un periodo aproximado de cinco semanas. Poco tiempo después, la película fue estrenada el 7 de diciembre de 1975 en el Cine Roble, como parte de la V Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional. Al año siguiente, la película fue exhibida en diversas salas del país y logró atraer la atención de diversos medios culturales, además de ser reconocida a nivel internacional.

La negociación simbólica entablada entre los guionistas y la instancia gubernamental inspectora permitió que la película llegara a las grandes salas y contribuyera, en gran medida, a transformar la conciencia de miles de mexicanos que encontraron eco de sus sentimientos y anhelos democráticos para nuestro país a partir de la denuncia. No todas las películas de aquella época lograron pasar del papel a la cinta cinematográfica y otras que lo lograron no llegaron a las grandes audiencias. El patrimonio documental en materia cinematográfica, particularmente en lo que toca al financiamiento, nos permite apreciar los matices que posibilitan el cambio del curso de la historia.

13. Calzonzin Inspector

Calzonzin inspector es una película mexicana de 1974 es una sátira política del director Alfonso Arau, quien debutó en 1969 con la película El águila descalza. Influenciado por la obra El inspector de Nikolai Gogol, y con producción de Estudios Churubusco y guion en colaboración con el historietista mexicano Eduardo del Río “Rius”, Arau concibió Calzonzin inspector como una fuerte crítica a la corrupción del sistema político mexicano y la restricción a la libertad de expresión que imperaba en el país.

Calzonzin inspector fue rodada del 6 de febrero al 5 de mayo de 1973 en el pueblo de Huiramba, Michoacán (en la región cercana a Pátzcuaro), con un presupuesto aproximado de diez millones de pesos.[1] Arau y su equipo pasaron casi un mes buscando la locación más adecuada para sus intereses; antes del rodaje, un ejército de albañiles, pintores y carpinteros se estableció en Huiramba a fin de adecuarlo a los requisitos del filme, pintando tejas y construyendo casas e incluso una pequeña plaza de toros (para el final de la cinta). Muchos habitantes del pueblo actuaron también como extras, por lo que en los créditos finales los creadores les extienden un agradecimiento “por su extraordinaria colaboración en la producción de esta película”.

Si bien la musicalización de la cinta corrió a cargo del compositor Leonardo Vázquez, “Calzonzin inspector” incluye dos canciones de otros autores: “Aventurera”, de Agustín Lara y “Canción mixteca” de José López Alavés.

Los títulos de entrada de la película fueron diseñados por Vicente Rojo Almazán siguiendo las tendencias del Op Art que ya habían dejado huella en el diseño mexicano desde que Lance Wyman y su equipo interdisciplinario diseñara los gráficos de las olimpiadas de 1968.

A finales de 1974 y principios de 1975, Calzonzin inspector fue incluida en la “Muestra del Cine Mexicano de Hoy” como parte de la Misión Artística y Cultural Mexicana que recorrió varias naciones caribeñas, entre ellas Cuba, Jamaica y Venezuela.

En este último país, Calzonzin inspector se presentó de manera exclusiva el 18 de enero en el cine Los Cedros, en presencia de numerosos “funcionarios diplomáticos venezolanos y aztecas” entre los que se encontraba la señora María Esther Zuno de Echeverría, esposa del entonces presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez.

En la misma Muestra se incluyeron las cintas Presagio (Luis Alcoriza, 1974), Fe, esperanza y caridad (Alberto Bojórquez, Luis Alcoriza y Jorge Fons, 1973) y El Santo Oficio (Arturo Ripstein, 1973)</ref>

La privilegiada presencia de Calzonzin inspector en el extranjero formaba parte del programa político de simulada libertad de expresión que el régimen priísta proyectaba a la comunidad internacional, por lo que en México la cinta no gozó de tanta difusión y algunas voces criticaron la censura a la que fue sometida por parte de dos directores de Conacine que, sin explicar jamás las razones de su decisión, la mantuvieron “enlatada” hasta 1989. Alfonso Arau se abstuvo de denunciar el problema, de manera tal que en el entorno cinematográfico local se aseguraba que Calzonzin inspector nació con “mala estrella”.

 

14. El hombre de papel(1963)

El hombre de papel es una película de drama mexicana de 1963 producida, escrita y dirigida por Ismael Rodríguez y protagonizada por Ignacio López Tarso, Alida Valli y Luis Aguilar. Esta película está basada en el libro de Luis Spota, El Billete y realizada con la colaboración de Ricardo Garibay, Mario Hernández, Pedro de Urdimalas y Fernando Morales Ortiz.

Un pepenador mudo encuentra un billete de 10 mil pesos, despertando la codicia de quienes lo rodean. Se trata de una tragedia urbana en la cual su protagonista, un ser ansioso del afecto de los otros, recorre los senderos del melodrama de barrio bajo tan propios de los mejores momentos del cine de Rodríguez. Por su interpretación, López Tarso obtuvo reconocimientos en los festivales de San Francisco (Estados Unidos), Cork (Irlanda) y el del Concurso Cinematográfico Hispanoamericano de la Universidad Iberoamericana.

La película mexicana “El Hombre de papel” es considerada un clásico del cine mexicano y se estrenó en 1963. La película fue dirigida por Ismael Rodríguez y protagonizada por Ignacio López Tarso, quien interpreta el papel principal. Basada en una historia de Luis Spota, gira alrededor de las vicisitudes de un pepenador mudo que al encontrar un billete de 10 mil pesos, desencadena la codicia de quienes lo rodean.

Adán (interpretado por López Tarso) es un pepenador mudo que se dedica a recolectar y vender cartón en las calles. Su única compañía es un perro, quien al inicio de la película es atropellado y muere. A lo largo de la trama, se evidencia que Adán, a pesar de su discapacidad y analfabetismo, posee la habilidad de saber si alguien lo está engañando, simplemente mirándolo a los ojos.

De manera paralela, un hombre acusa a un adolescente de haberle robado su dinero; la policía lo captura y el adolescente devuelve el dinero, pero el hombre insiste en que falta un billete de 10 mil, el cual estaba oculto detrás de una estampa religiosa. Adán encuentra la cartera y la toma como propia, sin darse cuenta del billete escondido.

Después de enterrar a su perro afuera de su casa, Adán se siente solo y anhela tener un hijo que le haga compañía. Un día encuentra a un niño abandonado y lo adopta como si fuera suyo. Torcuato, su mejor amigo y conductor de un camión de mudanzas, insta a Adán a llevar al niño a una delegación de policía para evitar ser acusado de robo de infantes. A regañadientes, Adán acepta, pero en el proceso rompe el parabrisas del camión de Torcuato, lo que provoca su enojo.

15. El Castillo de la pureza (1972)

El castillo de la pureza es una película mexicana dramática de 1972 dirigida por Arturo Ripstein y escrita por Ripstein y José Emilio Pacheco, La película, basada en un caso real, se enfoca en la vida de una familia que, por órdenes del patriarca, permanecen encerrados en una casa en la Ciudad de México. Está protagonizada por Claudio Brook, María Rojo, Rita Macedo, Arturo Beristáin y Diana Bracho.Tuvo su estreno en cines el 10 de mayo de 1973.

La película ganó 5 Premios Ariel, incluyendo Mejor Dirección y Mejor Película, premio que compartió con Mecánica Nacional y Reed, México Insurgente

Gabriel Lima, un químico que fabrica raticidas, está convencido de que el mundo exterior es dañino para su familia. Por lo tanto, mantiene encerrados a su esposa Beatriz y a sus tres hijos en una casa grande. La frágil situación cambia cuando se da cuenta de que sus hijos, Porvenir, Utopía y Voluntad, están entrando en la adolescencia.

El guion de El castillo de la pureza está basado en un hecho de los anales policíacos de la Ciudad de México. El argumento del filme fue robado a una autora caótica, imperfecta y a veces genial: la realidad, tal como deforma o corrige la “nota roja” de los periódicos a finales de la década de 1950. Rafael Pérez Hernández encerró a su mujer Sonia María Rosa Noé y a sus seis hijos (Indómita, 17 años; Libre, 15 años; Soberano, 14; Triunfador, 12; Bienvivir, niña de 10 años; y la recién nacida de 45 días, llamada Evolución y Pensamiento Liberal) para evitar la contaminación de la maldad del mundo exterior. La historia, fue adaptada por José Emilio Pacheco (JEP) quien hizo una investigación minuciosa del caso, trazó el argumento y compuso el guion basado en el tema de la autoridad represiva.

México vivía los años del “desarrollo estabilizador”, la migración del campo a la ciudad comenzaba a tomar dimensiones insospechadas; se creaban proyectos de ciudades satélites y colonias marginales. Finalizaban los años cincuenta, cuando una noticia impactó a la opinión pública:

Bajo amenaza de matarlos, Rafael Pérez impedía a su mujer e hijos abandonar la casa, convertida en una fortaleza, la cual era también una pequeña fábrica de insecticidas, donde trabajaban todo el día. No tenían contacto con el exterior: encerraba a sus familiares en celdas cuando se portaban mal y amenazaba con matarlos, con cuchillos que traía en la bolsa, hasta que la hija mayor de 17 años (Indómita) escribió una carta donde denunció el encierro de su familia. El servicio secreto de la Policía detuvo al padre, que se definió “librepensador” y dijo que la honradez, el trabajo y la libertad eran su religión.

La historia de la familia de Rafael Pérez ocupó por varios días las ediciones periodísticas y su lectura revela el contexto de la anécdota, que adquiere trascendencia a través del proceso creativo de la adaptación para el cine, obra de JEP, quien recrea el mundo al que pertenecen los personajes, justifica la revisión hemerográfica para aprehender elementos definitorios de sus personajes y asegura el sentido de la historia y le confiere verosimilitud. Seger escribe sobre la importancia de reconocer el contexto de los personajes de la historia, pues estos no existen en el vacío, son producto de su entorno, y “entre los contextos que más influyen a los personajes se incluye la cultura, la época histórica, la situación geográfica y la profesión”.

Aunque del hecho sólo aparecerá la punta del iceberg en el guion, JEP recuerda el extraordinario hecho muchos años después. La investigación es un primer paso en el proceso de creación de los personajes cuando se habla de la adaptación de un texto periodístico a la “filmoliteratura”, esto es, la relación reescritural, dada en distintas fases: investigación del hecho periodístico-adaptación-guion-película, sobre todo cuando se quieren crear personajes protagónicos como Gabriel Lima y Beatriz del Castillo de la Pureza, inspirados en personas reales como Rafael Pérez Hernández y María Rosa Noé respectivamente.
AM.MX/fm

 

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