CIUDAD DE MÉXICO.- En decisión mayoritaria, la Junta de Gobierno de Banxico recortó en 25 bps la tasa de referencia, un cambio respecto de los recortes de 50 pb de reuniones anteriores, llevándola a 7.75%. El subgobernador Heath volvió a votar por una pausa en el ciclo de relajamiento, y la guía mantiene la postura acomodaticia. Todos estos factores estuvieron en línea con lo esperado.
El balance de riesgos inflacionarios sigue sesgado al alza, aunque mejorando en opinión de la Junta. La decisión estuvo soportada por la debilidad económica registrada y la apreciación reciente del tipo de cambio. Sus expectativas de inflación presentaron pocos cambios, pues ajustaron ligeramente a la baja la inflación general de corto plazo, y ligeramente al alza la subyacente de corto plazo; mantienen su expectativa de llegar a la inflación objetivo en el tercer trimestre de 2026.
¿Cómo han reaccionado los mercados?
En lo que va de la jornada, la bolsa mexicana avanza 1.9%, contrastando con la lateralidad del S&P 500; el peso se deprecia 0.2% a pesar de una pequeña caída del dólar a nivel global; las tasas de los M bonos bajan en general (1-8 pb) aunque con concentración en los nodos cortos y medios, desacoplándose de los incrementos en tasa de los Tesoros.
¿Cuál es nuestra visión?
Una decisión altamente esperada que mantiene la puerta abierta para al menos dos recortes adicionales; esto, pese al voto disidente del subgobernador Heath. Implícitamente, el mensaje vincula estas acciones al desarrollo de los determinantes de inflación, pero en nuestra opinión no es descartable que sigan los recortes aún con un crecimiento menos decepcionante del estimado,
una depreciación manejable del tipo de cambio, o una pequeña aceleración de la inflación, como efectivamente ha ocurrido en fechas recientes.
Esto se debe a que la tasa objetivo, a juicio del banco central, se mantiene incómodamente elevada con respecto a su historia y otros países, dado el acumulado de desinflación (3.5% actual versus el 8.7% alcanzado en septiembre de 2022) y una brecha de producto probablemente negativa.
En nuestra opinión, aunque los argumentos para recortar son válidos, el espacio para hacerlo se ha reducido considerablemente con el ritmo pasado de recortes de 50 pb, la persistencia de la inflación subyacente (sustancialmente por encima del objetivo del 3%) y riesgos por disrupciones en cadenas de suministro global derivados del nuevo régimen arancelario estadounidense.
Que el espacio de recortes sea acotado se hace evidente si consideramos que el propio banco central ha estimado un rango para la tasa real neutral que va de 1.8% a 3.6%: si agregamos expectativas de largo plazo ubicadas en 3.6%, el rango para la tasa neutral va de 5.4% a 7.2%. En otras palabras, dos recortes adicionales de 25 pb colocarían la tasa prácticamente en territorio de neutralidad en un entorno en donde la inflación subyacente puede aún estar por encima de rango. Asimismo, el diferencial en tasas de política monetaria entre México y EE. UU. es el más bajo desde mayo de 2016, agregando otro elemento de contención en la trayectoria de recortes.
Todo considerado, esta decisión altera ligeramente nuestra visión de política monetaria para el resto del año, al descartarse una tasa de cierre de 7.50%, cristalizando el 7.25%, y abriendo la posibilidad de que la lleven a 7% si el Fed recorta al menos dos veces este año y asume una postura claramente relajada. En ese sentido, la recomendación positiva sobre la renta fija local se mantiene sin cambio, pero reconocemos que el atractivo de esta clase de activos se ha diluido con rapidez.
AM.MX/fm